sábado, 24 de marzo de 2012

Innovar con las personas


La sociedad está cambiando a pasos agigantados y con ella los modelos empresariales. Las empresas del siglo XXI no pueden ser gestionadas de la misma forma que en siglos anteriores.

Ya nadie duda, o debería dudar, que el valor diferencial de las nuevas organizaciones está en el Capital Humano. Los antiguos modelos con un jefe que piensa y trabajadores que ejecutan las tareas ha quedado obsoleto. Para ser competitivos frente a los cambios sociales es necesario aprovechar el enorme conocimiento y potencial que tienen todos los miembros de la organización.

Para que estas personas sean capaces de aportar valor real a la organización, más allá de la mera ejecución de tareas, es necesario dotarles de un propósito, transferirles responsabilidades claras y bien definidas, y establecer un trabajo basado en objetivos dentro de estructuras organizativas horizontales. Los jefes desaparecen y aparece la figura de Líder (con mayúsculas); cambian los modelos de comunicación interna potenciando la transparencia; desaparecen los departamentos aislados y aparecen los centros de excelencia, las comunidades de práctica y el aprendizaje organizacional.

En definitiva, si queremos ser competitivos tenemos que cambiar la forma de pensar de los mandos y directivos, desaprender y aprender nuevos métodos de gestión donde prima el compromiso, la delegación y el trabajo en equipo.